‘Hay que parar el estúpido populismo y el nacionalismo de corta visión en el continente, mientras exista tiempo’, expresó Juncker en el acto conmemorativo del centenario de la fundación de la República de Austria.
El titular del órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) aseguró que esa organización no se va a convertir en los Estados Unidos de Europa, según el modelo de los Estados Unidos. Los Veintiocho no están camino de una estatalización, dijo; pero se mostró contrario del empequeñecimiento de Europa.
‘Europa y la unidad europea solo serán exitosas si no se produce contra las naciones, la idea de que Europa puede sustituir a estas no la puedo respaldar’, enfatizó Jucker, quien en su visita tiene previsto sostener un diálogo con residentes del país.
Ante los gobernadores de los nueve estados federados austríacos, el político luxemburgués llamó a debatir, discutir e intercambiar los argumentos, en lugar de actuar como si las posiciones contrarias no existieran, remarcó.
El pasado 12 de septiembre, en su último discurso antes de las elecciones europeas de mayo de 2019, Juncker pidió a la UE ser un actor global en un mundo cambiante, en tanto arremetió contra los nacionalistas que solo buscan culpables en vez de buscar soluciones para vivir mejor juntos.
Sin embargo, estos postulados, entre otros, se contraponen a los de algunos líderes. En abierta oposición a políticas de la UE se unieron el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, líder del Grupo de Visegrado (República Checa, Eslovaquia, Polonia, además de Hungría); y el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini.
Este último, la víspera, en respuesta a declaraciones de Juncker, expresó que en su país no existe ningún racismo o xenofobia sino finalmente un Gobierno elegido por los ciudadanos que bloqueó a los traficantes y cerró los puertos a los inmigrantes clandestinos.